martes, 2 de febrero de 2010

Dos-es "respuesta"

Dos...es:
Un día, hoy
Un mes, este
Un año, el primer dígito.
El tiempo, que será (...)
El tiempo, que fue
Un número, el de las palabras del co-razón
Un número, de tropiezos en la misma piedra
Dos, presente y ...
... dicen que la vida lo es en días.



Tomaba el café sin azúcar, pedí poca leche.
Esa vez también estaba cargado.
Se endulzó...(el tiempo también hizo su trabajo);
Y olvidé que hay estómagos que sólo conocen de tragos amargos


RESPUESTA (José Hierro)


Quisiera que tú me entendieses a mí sin palabras,
sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente.
Que tú me entendieses a mí sin palabras
como entiendo yo al mar o a la brisa enredada en un álamo verde.


Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte.
Hace ya mucho tiempo aprendí hondas razones que tú no comprendes.
Revelarlas quisiera, poniendo en mis ojos el sol invisible,
la pasión con que dora la tierra sus frutos calientes.


Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte.
Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve.
Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma,
yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te hiriese.
Criatura también de alegría quisiera que fueras,
Criatura que llega por fin a vencer la tristeza y la muerte.


Si ahora yo te dijese que había que andar por ciudades perdidas
Y llorar en sus calles oscuras sintiéndose débil,
y cantar bajo un árbol de estío tus sueños oscuros,
y sentirse hecho de aire y de nube y de hierba muy verde...
 

Si ahora yo te dijera
que es tu vida esa roca en que rompe la ola,
la flor misma que vibra y se llena de luz bajo el claro nordeste,
aquel hombre que va por el campo nocturno llevando una antorcha,
aquel niño que azota la mar con su mano inocente...



Si yo te dijera estas cosas, amigo,
¿qué fuego pondría en mi boca, qué hierro candente,
qué olores, colores, sabores, contactos, sonidos?
Y ¿cómo saber que me entiendes?
¿Cómo entrar en tu alma rompiendo sus hielos?
¿Cómo hacerte sentir para siempre vencida la muerte?
¿Cómo ahondar en tu invierno, llevar a tu noche la luna,
poner en tu oscura tristeza la lumbre celeste?



Sin palabras, amigo; tenía que ser sin palabras
como tú me entendieses.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La respuesta fue...
querer sin merecerlo,
llorar sin pena alguna,
amar sin esperar siquiera un beso.

Cuéntame compañera,
los días tristes que cumpliste,
las risas calladas que anhelas,
los paseos que siempre me diste.

Que aunque yo volví hace tiempo, con gran facilidad olvido,
lo duro que fue el invierno,
y lo que un día costaron los besos.